En la era del nearshoring, México ha captado la atención de empresas globales que buscan optimizar sus cadenas de suministro acercando la manufactura a Estados Unidos. Este movimiento, potenciado por las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, así como las disrupciones logísticas derivadas de la pandemia, ha puesto en primer plano al modelo de maquila en México. Con beneficios fiscales significativos y la promesa de reducción de costos, esta tendencia se presenta como una solución atractiva para muchas empresas.
Sin embargo, desde la perspectiva normativa, la implementación de procesos de manufactura en México está sujeto a un régimen complejo y altamente regulado. Un manejo inadecuado puede conllevar graves consecuencias, desde la pérdida de beneficios fiscales hasta sanciones importantes. Por ello, es esencial no solo comprenderlos beneficios que el modelo de maquila puede ofrecer, sino también reconocerlas restricciones y riesgos que conlleva. Es igualmente crucial considerar alternativas que podrían ser más adecuadas según las circunstancias, para así identificar cuándo y cómo maximizar las ventajas que ofrece nuestro país de manera efectiva.
El modelo de maquila, regulado por los artículos 181 y 182 de la Ley del Impuesto sobre la Renta (“LISR”) (“Modelo de Maquila”), es una estructura operativa clave para las empresas extranjeras que desean establecer operaciones de manufactura en México. Este modelo fomenta la inversión extranjera y el desarrollo industrial, ofreciendo beneficios fiscales significativos y la posibilidad de evitar la constitución de un establecimiento permanente si se cumplen ciertos requisitos específicos.
Para las empresas extranjeras, evitar la constitución de un establecimiento permanente en México es crucial, ya que esto las obligaría a pagar impuestos sobre los ingresos generados por sus operaciones en el país. Un establecimiento permanente se refiere a cualquier lugar de negocios donde se lleven a cabo actividades empresariales o se presten servicios personales en México. Además, entre otros supuestos, puede configurarse cuando un residente extranjero actúa mediante una persona que concluye contratos en su nombre o realiza actividades en su beneficio en México, o bien, a través de un agente independiente que no opere dentro del marco ordinario de sus actividades.
No obstante, el Modelo de Maquila ofrece una excepción. Bajo este esquema, las empresas maquiladoras que operan con un Programa de la Industria Manufacturera, Maquiladora y deServicios de Exportación (“Programa IMMEX”)(“Empresas Maquiladoras”),autorizado por la Secretaría de Economía, pueden acceder a un tratamiento fiscal específico. Este tratamiento les permite realizar operaciones en México sin ser consideradas como un establecimiento permanente de la empresa extranjera residente (“Principal”). Sin embargo, para mantener esta condición, es fundamental cumplir con los siguientes requisitos:
El modelo de albergue es otro esquema fiscal diseñado para fomentar la inversión extranjera y facilitar la operación de empresas extranjeras en México. Esta modalidad permite que una o varias empresas extranjeras proporcionen materiales, maquinaria y equipo para actividades de maquila en el país, sin que dichas empresas gestionen directamente las operaciones. Los Principals que operen a través de empresas con un programa de maquila bajo la modalidad de albergue (“Maquiladoras de Albergue”), autorizado por la Secretaría de Economía, no constituirán un establecimiento permanente en México por las actividades de maquila que realicen, siempre que cumplan con los siguientes requisitos clave:
Además, el Principal que opera a través de una Maquiladora de Albergue debe cumplir conciertas obligaciones fiscales y administrativas:
El Modelo de Manufactura por Encargo (“Toll Manufacturer”) es una estructura operativa en la que el Principal entrega la materia prima a la maquiladora en consignación para su transformación en un producto final. A diferencia del Modelo de Maquila y las Maquiladoras de Albergue, la LISR no contempla una excepción específica para evitar la constitución de un establecimiento permanente bajo este esquema. No obstante, con una correcta estructuración, es posible minimizar significativamente el riesgo de que el Principal lo constituya.
El modelo de Toll Manufacturer se basa en los siguientes pasos operativos:
En este modelo, el Principal no es propietario de la maquinaria y equipo utilizados durante el proceso de manufactura, ya que estos pertenecen a la maquiladora o están tomados en arrendamiento por esta. Esta separación de activos contribuye a disminuir la probabilidad de que el Principal constituya un establecimiento permanente en México. No obstante, esta situación debe evaluarse caso por caso, teniendo en cuenta los hechos y circunstancias específicos de cada estructura.
Además, las maquiladoras que operan bajo este modelo tributan conforme al régimen general de personas morales de la LISR, lo que puede resultar menos beneficioso en comparación con otros regímenes fiscales diseñados para maquiladoras.
El Modelo de Manufactura por Contrato Específico con Venta Directa (“Maquila por Contrato”) es una estructura operativa en la cual la empresa maquiladora en México asume un rol más integral en el proceso de manufactura, desde la adquisición de materia prima hasta la venta del producto final al Principal. Aunque tampoco cuenta con excepciones explícitas en la LISR para evitar la constitución de un establecimiento permanente, este modelo es una opción viable para reducir dicho riesgo, siempre que se gestione adecuadamente.
El flujo operativo de este modelo incluye los siguientes pasos:
En este modelo, la maquiladora en México es propietaria tanto de la materia prima como de la maquinaria y equipo necesarios para la producción.
A diferencia de otros esquemas, como el Modelo de Maquila y Maquila por Albergue, la LISR no contempla una excepción específica que permita evitar la constitución de un establecimiento permanente bajo el modelo de Maquila por Contrato. No obstante, dado que el Principal no tiene un lugar de negocios en México ni opera a través de un agente dependiente o independiente, el riesgo de que se considere un establecimiento permanente se reduce significativamente. Aun así, será necesario demostrar, con base en los hechos y circunstancias, que la maquiladora no constituye dicho establecimiento permanente.
Por otro lado, similar al modelo de Toll Manufacturer, en este esquema la maquiladora tributa bajo el régimen general de personas morales de la LISR, calculando su utilidad o pérdida fiscal con base en los ingresos y las deducciones autorizadas. De obtener una utilidad, pagará un impuesto del 30%, con la opción de amortizar pérdidas en un plazo de diez años. Operativamente, la maquiladora asume los riesgos relacionados con los bienes y su manufactura, lo que disminuye el riesgo fiscal para el Principal, pero conlleva una mayor carga administrativa y laboral para la maquiladora.
Tras analizar los tipos de estructuras operativas de maquiladoras en México, es evidente que elModelo de Maquila resulta especialmente atractivo para empresas extranjeras que buscan establecer operaciones de manufactura en el país, aprovechando tanto los bajos costos de mano de obra como los incentivos fiscales que ofrece la LISR.No obstante, esta estructura presenta un balance entre beneficios fiscales y operativos importantes, y ciertas restricciones que pueden limitar la flexibilidad de las empresas que lo adopten.
El Modelo de Maquila otorga ventajas fiscales clave, entre las cuales se destacan:
Sin embargo, a pesar de los atractivos beneficios fiscales, el Modelo de Maquila también impone ciertas restricciones que pueden limitar la flexibilidad operativa de las empresas maquiladoras. Estas restricciones se derivan de la necesidad de cumplir estrictamente con los requisitos legales y fiscales que acompañan a este modelo, como lo son:
El Modelo de Maquila ofrece importantes beneficios fiscales y operativos, pero su correcta implementación es esencial para maximizar estos beneficios y minimizar los riesgos asociados. Debido a la alta carga administrativa que implica el cumplimiento de las disposiciones fiscales específicas, es crucial contar con el apoyo de expertos en la materia. La asesoría especializada no solo asegura que la empresa cumpla con todas las normativas, sino que también ayuda a optimizar las operaciones dentro del marco legal establecido.
Algunas recomendaciones prácticas para la implementación efectiva del Modelo de Maquila son:
El Modelo de Maquila es una opción sólida, pero no siempre es la más adecuada para todas las empresas. Existen otros modelos, como la Modalidad de Albergue, el Toll Manufacturer y la Manufactura por Contrato, que pueden ser más adecuados dependiendo de las necesidades del Principal.
La Modalidad de Albergue permite que una maquiladora preste servicios a varios Principals, quienes aportan la maquinaria y equipo. A diferencia del Modelo de Maquila, el Principal no necesita constituir una empresa en México, lo que reduce los costos de creación y administración. Aunque se aplica una excepción que evita la constitución de un establecimiento permanente, el Principal tiene un control limitado sobre las operaciones y la maquiladora debe cumplir con normativas estrictas.
El modelo de Toll Manufacturer ofrece flexibilidad en la gestión de activos, ya que la maquiladora es propietaria de la maquinaria y equipo. El Principal entrega la materia prima en consignación para su transformación. Este modelo no impone limitaciones en los ingresos que puede generar la maquiladora, pero el riesgo de constituir un establecimiento permanente sigue presente, por lo que las actividades del Principal deben ser gestionadas con cuidado.
Por último, la Manufactura por Contrato comparte similitudes con el Toll Manufacturer, pero en este caso, la maquiladora también compra la materia prima directamente del proveedor. Este modelo simplifica las operaciones del Principal, quien solo interactúa con la maquiladora. Sin embargo, la maquiladora asume más riesgos y responsabilidades, lo que aumenta su carga operativa y fiscal.
La elección del modelo operativo más adecuado para manufacturar en México dependerá de varios factores, incluyendo los objetivos del Principal, el grado de control operativo deseado y la disposición a asumir riesgos fiscales y operativos. Realizar un análisis detallado de cada opción será esencial para tomar la mejor decisión según la estrategia de negocio y las circunstancias específicas del Principal.
El Modelo de Maquila en México sigue siendo una opción sumamente atractiva para empresas extranjeras que buscan maximizar sus beneficios fiscales y operativos, especialmente en el contexto del nearshoring. Este modelo permite a las empresas optimizar sus operaciones, acceder a costos laborales competitivos y aprovechar programas como el Programa IMMEX. No obstante, su implementación exitosa depende del cumplimiento riguroso de las regulaciones y restricciones asociadas.
Elegir entre el Modelo de Maquila y otras estructuras dependerá de los objetivos específicos y las particularidades operativas de cada empresa. En Mijares, entendemos la complejidad de este modelo y sabemos que contar con asesoría especializada es crucial para maximizar los beneficios y minimizar los riesgos. Con una planificación adecuada y el apoyo de expertos, el Modelo de Maquila puede potenciar la competitividad global de las empresas que operan en México. Sin embargo, es esencial evaluar todas las alternativas disponibles para determinarla opción más adecuada según las necesidades y metas de cada negocio.